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The purpose of this article is to introduce one of the most novel aspects in the work of the Iranian thinker Ali Shari'ati, namely his dialogue with modern secular thought from a religious standpoint. The relationship between religion and philosophy and the critique of tradition and modernity are significant constitutive aspects of Shari'ati's thought. Religious concepts should be always studied in relation to concrete human problems. By simultaneously criticizing ›historical religion‹, ›machinism‹ and colonialism, Shari'ati has presented ›constructive erfan‹ as an alternative emancipatory response to the problematic of the contemporary world. |
1. Introducción |
Mohammad Reza Sarkeshik: Ali Shariati. ![]() Iran Chamber Society: Iranian Personalities: Ali Shariati. ![]() Ali Rahnema: An Islamic Utopian. A Political Biography of Ali Shariati. ![]() Laila Juma: Remembering the contribution of Shaheed Ali Shari'ati. ![]() A Shi'ite Encyclopedia. ![]() Al-Islam: Ahlul Bayt Digital Islamic Library Project. ![]() |
1 | Durante las últimas décadas, el pensamiento de Ali Shari'ati 1 ha sido enfocado desde diversos ángulos. Ervand Abrahamian ha analizado las ideas de Shari'ati en relación a la emergencia del nuevo pensamiento islámico. Ha estudiado a Shari'ati extensamente en su libro Iran Between Two Revolutions. Según Abrahamian, Shari'ati ha tratado de reorientar a la generación joven de iraníes en dirección a las enseñanzas del islám, aplicando herramientas metodológicas occidentales tomadas de las ciencias sociales. En este aspecto, Abrahamian trata de aclarar la relación entre las enseñanzas de Shari'ati y el marxismo (Abrahamian 1982). | ||
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Shari'ati también ha sido estudiado en el contexto general del pensamiento islámico. En su libro Islam and Modernity, Fazlur Rahman argumenta que Shari'ati es uno de los principales pensadores de la historia islámica moderna. Shari'ati, sin embargo, añade Rahman, es un miembro del movimiento que ha emprendido el segundo intento por modernizar el islam; habiendo tenido lugar el primer intento en tiempos de Al Ghazali (siglo XI). La teoría de Rahman es que estas dos corrientes de modernización en el islam han representado esfuerzos por crear nuevos modos de educar a la comunidad musulmana. Lo significativo de la segunda corriente, según Rahman, esta al desafiar las enseñanzas islámicas establecidas, que han vuelto el islam »del revés«(Rahman 1982, 109). También, en una obra reciente, llamada An Islamic Utopian, Ali Rahnama se refiere a Shari'ati como un pensador »que buscó la unión de los opuestos«entre el islam y la modernidad (Rahnama 1998, ix). |
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3 | El propósito de este artículo es introducir uno de los aspectos más innovadores del pensamiento de Shari'ati, a saber, su diálogo con el pensamiento secular moderno desde un punto de vista religioso. Considerando el contenido de sus obras publicadas, Shari'ati puede caracterizarse como un moderno islamista crítico. Aunque cada uno de los tres elementos en esta caracterización es un enfoque interpretativo provechoso por derecho propio, cada cual es válido solamente en su asociación e interacción dinámica con los otros dos. Por tanto, es la totalidad de esta tríada lo significativo, y no cada elemento individual separado de tal totalidad. Como pensador islámico, Shari'ati entendía el islam como una fuente de autodescubrimiento individual y emancipación social. Por otro lado, aborda problemas como el ›maquinismo‹ y la alienación humana, que son esencialmente modernos en su origen. También, mediante nociones críticas como »religión contra religión«, es'tehmar (aculturación) y asimilación ha presentado un punto de vista crítico tanto de la ›tradición‹ como de la ›modernidad‹. Como visión alternativa, sin embargo, ha presentado el erfan constructivo como síntesis de igualdad, libertad, y misticismo. |
2. Crítica de la tradición y la modernidad |
4 | Como pensador no europeo, la comprensión de Shari'ati de la ›tradición‹ y la ›modernidad‹ no podía sino diferir de la de un intelectual europeo. Habiendo tenido una experiencia histórica completamente distinta, tanto de tradición como de modernidad, Shari'ati trazó una distinción explícita entre sus dimensiones y herencias intelectuales e institucionales. Sus opiniones respecto a ambas quedan reflejadas en sus nociones de »religión contra religión« y »consciencia emancipatoria«, al tratar la tradición; las nociones de »maquinismo«, »humanismo moderno« y »asimilación« al tratar la modernidad; y la noción de »civilidad« al tratar la modernización. |
2.1 Tradición |
5 | Shari'ati tiene una concepción dialéctica de la religión como tradición. Intelectualmente, Shari'ati concibe la tradición como un modo de relacionarse con los problemas humanos y la considera auténtica sólo cuando tiene algo para nosotros y no por lo que es, o afirma ser, en-sí. Shari'ati considera la tradición religiosa como la manifestación histórica de una visión del mundo que no sólo es antitética a la opresión, sino que proporciona la base para la negación teórica y práctica de la opresión. Como tal, la religión es considerada una visión del mundo que consta de moralidad, consciencia, responsabilidad, y tendencia emancipatoria. La historia de la religión, sin embargo, es un proceso dialéctico de autonegación. Shari'ati expresa tal interpretación explícitamente mediante su noción de la »religión contra religión«. |
2.1.1 Religión, razón y moralidad |
»La consciencia humana o ›hekma‹ es ilustradora, creativa, … fuente de la responsabilidad existencial y un valor que le da al hombre una nueva ›comprensión‹ y una nueva sensación de sus necesidades e ideales.« Ali Shari'ati (OC XXIV, 221-223) |
6 | Shari'ati define la religión en términos de ›consciencia‹, ›moralidad‹, ›responsabilidad‹ y ›libre albedrío‹. Se refiere a dos tipos de ›consciencia‹, la »humana« y la »social«. La »autoconsciencia humana« refiere a una sensación existencial de estar en el mundo: | ||
7 | Es lo que los griegos llamaron ›sophía‹ y los hindúes llaman ›vidia‹ (visión). ›Sepantame'no‹ (razón sagrada-blanca) en el antiguo Irán y ›hekma‹ (sabiduría) en el islám, han tenido la misma connotación. La consciencia humana o ›hekma‹ es ilustradora, creativa, … fuente de la responsabilidad existencial y un valor que le da al hombre una nueva ›comprensión‹ y una nueva sensación de sus necesidades e ideales. (OC XXIV, 221-223) 2 | |||
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El segundo tipo de consciencia es social, esto es »una sensación de responsabilidad histórica y social«. (OC XX, 165-202) |
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9 | La moralidad también es de dos tipos: la ética sociohistórica y la moralidad humana (cf. OC XVI, 243). 3 El primer tipo incluye las tradiciones y códigos de conducta que son producto de los sistemas sociales, históricos y culturales de una nación o una etapa histórica. Como tales, son transitivas y relativas. Comparada con la ética social, sin embargo, | |||
10 | La ›moralidad humana‹ … está compuesta de valores que emanan de la naturaleza humana … y la evolución humana a través de la historia ha sido dirigida hacia ellos. De hecho, el género humano comenzó con estos valores. Pues sólo es un ser humano quien crea valores. (OC II, 96) 4 | |||
11 | Dado que consiste en percepción y consciencia moral, la religión llevaría a la responsabilidad: | |||
12 | Para un teísta, la responsabilidad florece desde el hondo mundo de la existencia y está enraizada en una realidad objetiva libre de la subjetividad personal y de la tradición colectiva. (Ibid., 94) | |||
13 | De hecho, la responsabilidad es en sí misma un signo de la libertad existencial humana: | |||
14 | La responsabilidad nace de la libertad; y dado que el hombre es libre, es responsable. (OC XIV, 303) |
2.1.2 Religión contra religión |
»Hablo de una religión que aún no se ha realizado. Por tanto nuestro apoyo en la religión no es un regreso al pasado, sino una continuación de la historia.« Ali Shari'ati (OC XXII, 18) |
15 | Según Shari'ati, las raíces del moderno antagonismo hacia la religión se remontan primero a la mitología griega de la lucha humana con los dioses míticos, y luego a la experiencia histórica del cristianismo medieval. Ninguna de ellas, sin embargo, arguye Shari'ati, tienen nada que ver con la religión en-sí. En su forma original la religión ha sido el fundamento de los mayores ejemplos históricos de emancipación humana, que es una virtud innegable de la religión monoteísta en la tradición abrahámica. 5 | ||
16 | Sin embargo, aunque el mensaje abrahámico es esencialmente emancipatorio, sigue sujeto a la dialéctica del desarrollo histórico. Aunque el tawhid (unidad) emergió como una negación dialéctica del tazad (contradicción), como fuerza histórica, no está libre de la dinámica de la historia. El mensaje original del tawhid abrahámico, incluyendo el mensaje islámico, ha experimentado el proceso de desintegración de una religión histórica. El mensaje del tawhid, dice Shari'ati, prácticamente ha mutado al del shirk (estratificación) establecida. Por tanto, la religión histórica no puede ser la base para un juicio sobre la naturaleza de la religión en-sí. De hecho, el carácter emancipatorio de la religión siempre se ha visto negado en la historia por su institucionalización (cf. OC XII, 16). | |||
17 | Con la noción de »religión contra religión«, Shari'ati ha tratado de revelar la ironía trágica de la simultaneidad histórica de los papeles liberadores y opresores de la religión. Para él, la historia de la religión queda recogida en la dialéctica de la revolución y la decadencia. Siendo originalmente un medio para la emancipación humana, la religión se ha usado de modo recurrente como instrumento de opresión. Por tanto, dice Shari'ati: | |||
18 | Si hablo de religión, no es de la ›religión‹ que ha prevalecido en la historia humana, sino de una religión cuyos profetas se alzaron en favor de la eliminación de [la religión del] politeísmo social. Hablo de una religión que aún no se ha realizado. Por tanto nuestro apoyo en la religión no es un regreso al pasado, sino una continuación de la historia. (OC XXII, 18) | |||
19 | Tal concepción de la religión está fundamentalmente ligada a cierta concepción del hombre, la historia, y la sociedad. Shari'ati ha elaborado sus puntos de vista sobre la Religión mediante una concepción dialéctica de la historia y una ontología social crítica. |
2.1.3 La dialéctica del hombre y la historia |
»Cuando Abel el pastor fue asesinado por Caín el terrateniente, el periodo de propiedad común de las fuentes de producción … [y] el espíritu de hermandad y buena fe llegó y a su fin y fue reemplazado por … el engaño religioso y la transgresión de los derechos ajenos …« Ali Shari'ati (1982b, 99) |
20 | Derivando su concepción del hombre de la interpretación que hace del Corán, Shari'ati habla de una dialéctica entre hombre e historia que consiste en tres momentos. El primer momento es el del hombre-en-sí, un ser dialéctico sin una naturaleza determinada y fija. El segundo momento es el desarrollo material de la condición humana, que en esencia se parece a la característica dialéctica interna del hombre. Finalmente, el momento de los desarrollos sociohistóricos derivados de los dos primeros momentos. Esta concepción se explica en referencia al lenguaje simbólico del Corán. Según el Corán, dice Shari'ati, el hombre es un ser bidimensional, un ser que: | ||
21 | está compuesto de barro (hama'e massnun) y de espíritu divino, un ser bidimensional, una criatura de naturaleza dual, en contraste con todos los demás seres que son unidimensionales … Cada hombre está dotado de estas dos dimensiones, y es su voluntad lo que le permite bien descender hacia el polo del barro sedimentario … o ascender hacia el polo de la exaltación … (1982b, 74) | |||
22 | Shari'ati desarrolla ulteriormente esta dialéctica antropológica en un fundamento para la filosofía de la historia. La historia es así el campo de batalla en el que toma forma objetiva la lucha antropológica. Esta lucha no tiene lugar entre dos fuerzas potenciales dentro del hombre; más bien es la confrontación real entre dos fuerzas históricas, manifestándose una u otra tendencia dentro de la especie humana. Para explicar esta lucha, Shari'ati se refiere al mito de Caín y Abel: | |||
23 | Abel representa la edad de la economía de pastoreo, del socialismo primitivo que precedió a la propiedad; y Caín representa el sistema de agricultura y propiedad privada. Cuando Abel el pastor fue asesinado por Caín el terrateniente, el periodo de propiedad común de las fuentes de producción … [y] el espíritu de hermandad y buena fe llegó y a su fin y fue reemplazado por … el engaño religioso y la transgresión de los derechos ajenos … (Ibid., 99) | |||
24 | La historia humana, por tanto, está compuesta de dos etapas, las dos »curvas de la historia«; la »época del colectivismo« y la »época de la propiedad privada«. A diferencia de la primera etapa, que fue la era de la igualdad social y la unidad espiritual, la segunda etapa, en la que vivimos hoy en día, ha sido hasta ahora esencialmente una de dominación social y explotación de »los muchos« por »unos pocos«. La segunda etapa, como resultado de la cual surgió una nueva formación social, comenzó con la emergencia de la propiedad privada. Como hito histórico, la propiedad privada ha sido el punto de inicio de la dominación social. Aunque esta nueva formación tuvo a la propiedad privada como elemento fundador, las formas adoptadas en diferentes momentos de la historia variaron. La esclavitud, la servidumbre, el feudalismo y el capitalismo son sólo algunas de sus formas. Por tanto no hay sino una base; y no es la burguesía, el feudalismo, el capitalismo, el comunismo, la servidumbre o la esclavitud. Es meramente la propiedad, que es de dos tipos: privada (monopolio) y social (pública) (cf. 1980, 37). A diferencia de la etapa de propiedad social, cuando todos los recursos materiales y espirituales estaban disponibles para todos, la emergencia de la propiedad privada polarizó la comunidad humana. La propiedad privada creó nuevos males trocando la hermandad y el amor entre los hombres en doblez, engaño, odio, explotación, colonización, y masacre (cf. ibid., 39). No resulta extraño pues que las primeras reflexiones serias y expresiones de descontento en la historia aparecieran justo en el momento del triunfo de la propiedad privada. Debido a esta relación fueron contemporáneas, distinguidas figuras históricas como Buda, Laotze, Confucio y Zoroastro en Oriente, y Sócrates, Platón, y Aristóteles en Occidente, ya que: | |||
25 | Aparecieron como reacción a las deterioradas condiciones de las sociedades que se crearon principalmente por el cambio de la propiedad social a la propiedad privada … (Ibid., 32) |
2.1.4 De la ontoteología a la ontología social crítica |
Al-Tawhid: A Quarterly Journal of Islamic Thought and Culture. ![]() M.M. Sharif (ed.): A History of Muslim Philosophy. ![]() |
26 | Según Shari'ati, se puede observar una »curva« semejante en la historia de la religión. La primera forma histórica del punto de vista religioso fue una forma primitiva de unidad (tawhid). Tal perspectiva religiosa estaba por su propia naturaleza en armonía con las características objetivas de una formación social dada, a saber, el comunitarismo. Sin embargo, con el surgimiento de la propiedad privada y con el desarrollo de una estructura jerárquico-social, empezó a emerger un punto de vista politeísta para justificar el tazad (contradicción) objetivo dentro de la formación social de la propiedad privada. En otras palabras, las fuentes históricas del politeísmo fueron desarrollos sociohistóricos concretos que se vieron subsiguientemente reflejados a nivel teológico: | ||
27 | La objetividad social creó la subjetividad religiosa a fin de permitir que aquélla se manifestara como creadora de ésta. Así fue cómo la jerarquía impuesta al mundo existencial creó una visión politeísta del mundo para explicar la jerarquía intrínseca al sistema social. (OC XVI, 30) | |||
28 | El primer desafío histórico al politeísmo fue el monoteísmo (tawhid) abrahámico. El monoteísmo abrahámico no fue una respuesta al ateísmo, sino un desafío contra el politeísmo, que había surgido con la aparición de la propiedad privada y la preponderancia del Caín histórico. El politeísmo es pues la religión de la estratificación social. Así, el monoteísmo no es el comienzo de la religión, sino su reorientación. La lucha entre monoteísmo y politeísmo no es una disputa teológica sino un desafío a la formación social politeísta (dominancia de clase, racismo, etc.) A diferencia del monoteísmo (tawhid), que está enraizado en el ittehad (solidaridad, unidad), el politeísmo se basada en la dominación de unos por otros. | |||
29 | En tanto visión monoteísta del mundo, el tawhid rechaza la división del mundo en categorías dicotómicas como ›natural‹ y ›sobrenatural‹, ›materia‹ e ›idea‹, ›cuerpo‹ y ›espíritu‹, o ›este mundo‹ y ›el otro mundo‹. El tawhid es la negación de todas las dicotomías, tanto en el plano celestial como en el social. Celestialmente, es una totalidad viva en un proceso hacia la unidad; socialmente, es la base de la unidad y la armonía en las relaciones humanas. El tawhid es pues la negación de toda forma de antagonismo. Dado que la dominación es la anti-unidad y el tawhid es la antidominación, la expresión social del tawhid es una dialéctica de la unidad. | |||
30 | El tawhid, en su expresión social e histórica, es la lucha por la emancipación humana de la histórica dialéctica del engaño, un engaño basado en la proyección de la estratificación histórico-social sobre la ontología. Pues, en su forma original, la comunidad humana era una compañía armoniosa, una expresión de la armonía celestial. En esta etapa, la realidad social reflejaba las bases ontológicas del mundo existencial. | |||
31 | Por tanto, siempre ha habido una lucha en la historia entre la familia oprimida de Abel, los mustazafin (oprimidos), y el clan opresor de Caín, los mustakberin (opresores), simbolizados históricamente en la trinidad de riqueza, poder e hipocresía. El tawhid (unidad) abrahámica surgió a partir de esta contradicción (tazad) como la negación de la dominación opresiva de Caín. |
2.2 Modernidad |
32 | En vez de desechar la consciencia moderna desde el punto de vista de la »verdad«, Shari'ati simpatiza con ella. Existencialismo, cientificismo, socialismo, marxismo y otras modernas perspectivas occidentales no son para él »enemigas«, sino que trata de comprenderlas y aprender de ellas. De hecho, compartía con ellas una profunda necesidad de desafiar las normas, mitos y mentalidades establecidas. Sin embargo, planteó un desafío a las perspectivas modernas por no estar abiertas a la posibilidad del teísmo (cf. OC XXV, 23). Al enfrentarse a los fallos de la modernidad, analiza algunas de sus dimensiones intelectuales y objetivas. |
2.2.1 Del humanismo |
Ali Shari'ati: The Free Man and Freedom of the Man. ![]() Reflections of Humanity. ![]() Where Shall we Begin? ![]() |
33 | Shari'ati destaca las principales tesis del moderno humanismo identificando sus bases conceptuales en la mitología griega. Cree que la mitología griega emanó de una cierta experiencia histórica del hombre enfrentado a fuerzas no-humanas. Debido a que se había otorgado atributos divinos a estas fuerzas, el sufrimiento humano se percibía como obra de dioses anti-humanos: | ||
34 | Por supuesto, tal vínculo de enemistad entre hombres y dioses era natural y lógico en los mitos griegos; y desde cierto punto de vista, incluso resultaba apropiado y progresista. Puesto que los dioses en estos mitos constituyen arquetipos y expresiones de fuerzas naturales … La guerra entre dioses y hombres era en realidad la guerra de éstos contra el dominio de las fuerzas físicas que gobiernan la vida de los seres humanos, su voluntad y su destino … (1982a, 18) | |||
35 | Este tratamiento mitológico de la condición humana, dice Shari'ati, llevó a una visión antropocéntrica del universo, una visión en la que el hombre mismo se ha convertido en la base de los juicios morales y estéticos. El humanismo griego, | |||
36 | a través de su negación de los dioses, el descreimiento en su gobierno, y el corte del vínculo entre hombre y cielo, luchó por lograr un universo antropocéntrico, por hacer del hombre la piedra de toque de la verdad y la falsedad, por tomar la forma humana como criterio de belleza, y por atribuir importancia a los componentes de la vida que mejoran la potencia y el poder humanos. (Ibid., 19) | |||
37 | Otra razón histórica que contribuyó a la formulación de esta visión del mundo fue el catolicismo medieval, que | |||
38 | enfrentó el cristianismo (considerado como la religión per se) y humanidad: mantuvo la misma oposición entre cielo y tierra que había prevalecido en la antigua Grecia y Roma; y, con sus exégesis helénicas del pecado original y de la expulsión del hombre del paraíso, representó al hombre como inevitablemente condenado debido al disgusto divino con un mundo inferior, y declaró que era un pecador abyecto, condenable, y débil. (Ibid., 26) | |||
39 | Por tanto, teniendo en mente el punto de vista filosófico de la Iglesia y la herencia mitológica griega, los nuevos movimientos intelectuales europeos de principios de la Edad Moderna tomaron el camino del humanismo secular. Al hacerlo, los humanistas modernos cometieron un grave error. El humanismo secular ha desarrollado su punto de vista en oposición a la religión ›histórica‹, no a la religión ›humana‹ original. Los humanistas modernos, dice Shari'ati, consideraron equivalentes »el mundo mítico de la antigua Grecia« y el mundo original de la herencia abrahámica. A diferencia de la mitología griega, en la que la relación entre hombres y dioses requería la servidumbre y el sufrimiento humano, en el tawhid abrahámico la relación entre la humanidad y lo sublime es un proceso dinámico de amor y emancipación. |
2.2.2 Maquinismo |
»La burguesía resume toda la existencia en una palabra: consumo, cuanto más mejor. El propósito de la vida es el consumo y la satisfacción de las necesidades materiales y económicas.« Ali Shari'ati (1980, 39-40) |
40 | En su última etapa de desarrollo, la propiedad privada ha llevado al maquinismo. Como nuevo orden social, el maquinismo empezó a surgir en el siglo XIX. Entonces, la artesanía manual estaba quedando atrás y la emergente era de las máquinas estaba creando nuevas ansiedades e infinidad de nuevos problemas. La máquina, arguye Shari'ati, no es una mercancía comercial, sino la base de la moderna formación social del maquinismo: | ||
41 | El maquinismo es un fenómeno sociológico. Es un orden social particular, no una mercancía o producto comercial, consumible o técnico. (1980, 35) 6 | |||
42 | Este nuevo orden social, argumenta además Shari'ati, se ha extendido dentro de diversas esferas de la vida occidental y también más allá de las fronteras geográficas de Occidente. El maquinismo ha pasado a dominar todas las esferas de la vida moderna. En cierto sentido, el maquinismo es la versión sofisticada de la formación social creada con el surgimiento de la propiedad privada. Así como se formuló una nueva visión del mundo con el surgimiento de la propiedad privada, también con la máquina comenzó a desarrollarse una nueva concepción del mundo. Ilustrando este punto, Shari'ati examina el desarrollo histórico del maquinismo: | |||
43 | Tras la Revolución Francesa, la burguesía dejó a un lado a la aristocracia medieval y empezó a gobernar a medida que se hacía con el control de la ciencia. … La burguesía resume toda la existencia en una palabra: consumo, cuanto más mejor. El propósito de la vida es el consumo y la satisfacción de las necesidades materiales y económicas. … Dado que la burguesía aporta las necesidades materiales de la sociedad, resulta natural que la transformación del hombre de ser ético a criatura consumista supone una ventaja para su clase. (Ibid., 39-40) |
2.2.3 Modernización y civilización |
»La modernización es una forma apócrifa de progreso. De hecho, tal modernización es sintomática de una tendencia fundamentalmente destructiva dentro del mundo no-occidental contemporáneo.« Ali Shari'ati (1979, 11) |
44 | Según Shari'ati', durante los últimos ciento cincuenta años las sociedades no-occidentales han sufrido diversas fuerzas internas y externas de dominación y explotación. El imperialismo (is' temar), la tiranía (is' tebdad), la explotación económica (is' tesmar), y la colonización cultural (is' tehmar) en conjunto ha infligido profundas heridas a los pueblos del Tercer Mundo y las han justificado por la supuesta necesidad de ›modernización‹. La modernización del Tercer Mundo, pues, es sencillamente una extensión histórica del proceso que comenzó con el surgimiento de la propiedad privada y se vio luego intensificado por el maquinismo. Habiéndose hecho ya con el control de una enorme parte del mundo mediante la dominación colonial, Europa tenía más razones para sostener su dominio económico sobre estas áreas. La producción de bienes manufacturados en grandes cantidades creo nuevas necesidades, »la necesidad de productos y la producción de necesidades«, con impacto global: | ||
45 | Puesto que la máquina produce compulsivamente un exceso de bienes, ha de sobrepasar las fronteras nacionales y sacar sus bienes al mercado global … Cuando en el siglo XVIII los capitalistas se hicieron con el control de la maquinaria, así como de la tecnología y la ciencia, el destino del hombre quedó marcado. Todos los seres humanos sobre la faz de la tierra habían de ser impelidos a convertirse en consumidores de las mercancías producidas. Los bienes europeos debían ir a África y Asia. Los asiáticos y africanos debían consumir el exceso europeo de producción. (1979, 11) | |||
46 | En consecuencia, Shari'ati distingue entre ›civilización‹ y ›modernización‹. Según él, a diferencia de la civilización, que conlleva un largo proceso de desarrollo dentro de una comunidad, la modernización contemporánea del Tercer Mundo: | |||
47 | es una forma apócrifa de progreso. De hecho, tal modernización es sintomática de una tendencia fundamentalmente destructiva dentro del mundo no-occidental contemporáneo. (Ibid.) | |||
48 | Shari'ati, pues, no acepta ni la interpretación establecida de la tradición ni se adapta a la mentalidad moderna, sino que pide un encuentro entre ambas. Por tanto, no puede ser conceptualmente dicotomizado como ›modernista‹ o ›tradicionalista‹. |
3. Más allá de la tradición cosificada y la modernidad dominante |
49 | Shari'ati ha sugerido que las principales corrientes históricas del pensamiento humano pueden categorizarse según las tres corrientes básicas, el misticismo, la igualdad, y la libertad (erfan, barabari, azadi). Cada una de estas corrientes, ha argüido Shari'ati, surge como respuesta a problemas humanos y luego se ha desarrollado históricamente de maneras que han revelado los puntos fuertes y débiles de cada una. |
3.1 Misticismo |
Jalal al Haqq: Epistemology of Prophethood in Islam. En: Al-Tawhid 4.1/2. ![]() Muhammad Legenhausen: The Relationship between Philosophy and Theology in the Postmodern Age. En: Al-Tawhid 14.1. ![]() |
50 |
El misticismo, cree Shari'ati, ha existido siempre tanto en Oriente como en Occidente. La razón para identificar el misticismo con el Oriente, argumenta, es que las civilizaciones avanzadas, y ciertamente el orden social de la dominación, surgieron por primera vez en Oriente, »el lugar de nacimiento del pensamiento, la cultura, y las grandes religiones«. Por tanto, se sigue que el misticismo también debe de haber tenido sus inicios allí (cf. OC II, 62). El misticismo, dice Shari'ati, surge: |
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51 | de la naturaleza esencial del hombre. El sentido más general de la palabra ›misticismo‹ es la sensación interna de aprehensión que las personas tienen mientras están aquí en el mundo de la naturaleza. (Ibid., 50) | |||
52 | Aunque puede proporcionarle al hombre una sensitividad espiritual y sublimes valores psicológicos y espirituales, el misticismo sin embargo ciega al hombre a las condiciones desastrosas a su alrededor: | |||
53 | Fuera del muro del lugar de retiro [del místico], la opresión, el desastre, los actos vergonzosos, la ignorancia, la corrupción y la decadencia deshonran todos los valores espirituales del hombre. [De esto el místico] nunca se percata. (Ibid., 62) | |||
54 | Shari'ati ha argumentado además que aparte de las debilidades inherentes al propio misticismo, su transformación histórica en las religiones establecidas ha traicionado de hecho incluso, lo bueno que contiene. ›El misticismo oriental‹, arguye Shari'ati, | |||
55 | habría de entrar más tarde en la religión, que gradualmente asumió la forma de un sistema eclesiástico y dio pie a una nueva clase. Como parte de la clase gobernante, formó lazos sociales con los demás elementos de esa clase. La desafortunada consecuencia fue que la religión y el misticismo se transformaron en una justificación supersticiosa de la explotación de las personas por la clase gobernante, y también en un enemigo del crecimiento humano, el crecimiento de la naturaleza primordial del hombre. El misticismo se convirtió en una bola y cadena en el pie de la evolución espiritual y material de la humanidad. (Ibid., 52) | |||
56 | [Tal religión] separa de hecho al hombre de su propia humanidad. Le convierte en un mendigo inoportuno, un esclavo de fuerzas invisibles más allá de su poder; le depone y le aliena de su propia voluntad. Es esta religión establecida con la que estamos familiarizados hoy en día. (Ibid., 60) |
3.2 Igualdad |
57 | En el siglo XIX la llegada de la máquina intensificó la polarización de clases, la opresión y la diferencia entre ricos y pobres. Y, dado que la religión resultó estar del lado de los opresores en este cisma, el socialismo surgió como la búsqueda humana de la igualdad y la justicia. Los socialistas sentían que: | |||
58 | de realizarse un sistema socialista en la sociedad, la humanidad se liberaría de las cadenas del materialismo, y las diferencias de clase y los intereses conflictivos dejarían de existir. Sentían que sin estas contradicciones, no habría guerra, y sin guerra y explotación, todos los poderes de la humanidad se unirían y se pondrían al servicio del desarrollo humano y el crecimiento espiritual … (Ibid., 117) | |||
59 | Sin embargo, al reducir al hombre a una mera entidad social, el socialismo no pudo responder a todas las necesidades humanas. Hay necesidades que perturban profundamente al hombre; necesidades que no puede cubrir el socialismo y su visión materialista del mundo: | |||
60 | Vemos que el socialismo elimina todos los miembros y ramas del hombre salvo una, pero anima de tal modo a esa rama a crecer que sobrepasa raíz y tronco. Así, hace al hombre unidimensional, por muy alta y sublime que pueda ser esa única dimensión. (Ibid.) | |||
61 | Hablando históricamente, Shari'ati también afirma que el socialismo como movimiento ideológico ha traicionado los mismos fines que originalmente se marcó como objetivo: | |||
62 | Hemos visto como el mismo sistema socialista que había de liberar a la gente asumía las formas, primero, del culto a la personalidad y al partido, y luego, del culto al estado. (Ibid., 107) |
3.3 Libertad |
Allamah Muhammad Husayn Tabataba'i: Islam and the Modern Age. En: Al-Tawhid 1.2. ![]() Sayyid Muhammad Rida Hijaz: The Concept of Love in the Shi'i Creed. En: Al-Tawhid 11.1/2. ![]() |
63 | El existencialismo buscó la libertad humana rechazando todos los dioses, tanto terrenos como celestiales. La esencia del existencialismo es rechazar todas las bases para la elección humana, no hay otra que el propio ser humano. La libertad de elección es el principio fundador del existencialismo. La religión, argumenta el existencialista ateo, pide a Dios lo que busca, mientras que el socialismo da legitimidad al estado (y al colectivismo) para determinar el bien y el mal, y por tanto ambos niegan la autenticidad y la libertad del hombre. El existencialismo, por otro lado, le dice al hombre que: | ||
64 | la elección y la libertad son tuyos incondicionalmente. Todos los valores existen cuando existe esta libertad. Sin embargo, si te arrebatan esta libertad, estos valores dejarían de existir, y te convertirías en el esclavo de otras potencias: Dios o el estado. (Ibid., 111) | |||
65 | Con su rechazo tanto del socialismo como de la religión, el existencialismo le da al hombre una libertad absoluta para escoger su propio destino. Pero, añade Shari'ati, si se rechaza tanto el sentido colectivo de la elección como la base trascendental de la existencia, ¿qué queda para impedir una forma hedonista de autorrealización? Tal elección produce precisamente las consecuencias sociales que el existencialismo pretendía desafiar y a las que pretendía dar respuesta. Para alcanzar sus objetivos, esta filosofía precisaría de un fundamento ético que justificara la acción altruista. De hecho, las corrientes existencialistas contemporáneas por su propia naturaleza son incapaces de proporcionar tal axiología: | |||
66 | El existencialismo, por mucho que pivote en torno a la primacía del hombre y la libertad humana, … deja al hombre suspendido en el aire … El existencialismo carece de una base sobre la que responder a mis preguntas. Ahora emprendo un curso de acción en el que puedo sacrificarme al pueblo o sacrificar el pueblo a mí mismo … (Ibid.) |
3.4 Una Síntesis |
67 | Según Shari'ati, los fallos de las tres corrientes de misticismo, igualdad y libertad son tanto esenciales como accidentales. Esencialmente, cada una tiene ciertas características que frustran sus intentos por darle a la humanidad lo que siempre ha buscado. Accidentalmente, sin embargo, debido a ciertos desarrollos, la capacidad de estas corrientes de contribuir a la felicidad humana se ha visto atenuada. Mientras que estas corrientes han supuesto una expresión de insatisfacción con la realidad, y han sido generadas en respuesta a los problemas causados por los dos grandes momentos de transformación histórica, todas (bajo una forma u otra) se han convertido en una fuerza para la preservación del status quo. | |||
68 | Como tales, pues, concluye Shari'ati, ninguna de estas tres corrientes puede proporcionar por sí misma una solución sostenible a los problemas humanos. El único modo en que cualquiera de ellas puede desempeñar el papel que proponen, continúa, es mediante una totalidad que consista en las tres simultáneamente. Sólo cuando una autoconsciencia existencialista se aúna a un sentido de la consciencia social, puede darse una auténtica autorrealización. Esta autenticidad esencial puede llevar a la emancipación práctica cuando hay una base ética para la acción. Mientras que las dos primeras condiciones son dadas por las dos escuelas modernas del existencialismo y el socialismo, la última sólo puede ser satisfecha por un sentido místico de autorreconocimiento: | |||
69 | Por tanto, la persona o escuela más perfecta para el propósito de liberar al hombre sería la persona o escuela que abarcara estas tres dimensiones … Cuando estas tres dimensiones adoptan por separado la forma de una escuela, sus aspectos negativos se concretan, mientras que si se uniesen estas tres dimensiones, los aspectos negativos ya no existirían. (Ibid., 37) |
3.5 El erfan constructivo |
Martyr Murtada Mutahhari: Introduction to 'Irfan. En: Al-Tawhid 4.1. ![]() Muhammad Taqi Misbah Yazdi: Islamic Gnosis ('Irfan) and Wisdom (Hikmat). En: Al-Tawhid 14.3. ![]() Sayyid Wahid Akhtar: The Islamic Concept of Knowledge. En: Al-Tawhid 12.3. ![]() |
70 | A la busca de la autorrealización existencial y la armonía social, Shari'ati ha tratado de hallar un modo de posible unidad entre los principios liberadores de la verdadera religión y los ideales modernos de igualdad y libertad. Tal esfuerzo tal vez pueda ser mejor categorizado bajo el título del erfan constructivo. El erfan es una autoconsciencia existencial, un modo de relacionarse con el tawhid, y de experimentar el tawhid a nivel personal. | ||
71 | [El erfan] en el sentido más general, es la sensación interna de aprehensión que las personas tienen en el mundo de la naturaleza. El hombre como tal experimenta necesidades que la naturaleza ya no puede satisfacer … Esto es lo que produce una falta, una sensación de alienación y exilio en nosotros mientras estamos en este mundo … El erfan es una manifestación de la naturaleza primordial del hombre y existe como modo de viajar a lo ›invisible‹. Es el sentido místico que dota al hombre de excelencia y nobleza; cuanto más desarrollada está una persona, más fuerte se vuelve esta necesidad, esta sed. (1982a, 26) | |||
72 | El erfan, pues, es una fuerza existencial que le permite al hombre trascender internamente las fuerzas que le rodean. De hecho, contrariamente a la creencia de los materialistas de que: | |||
73 | la propensión del hombre por lo invisible le degrada – podríamos decir que la propensión del hombre por lo que existe de hecho le degrada. Al seguir valores que no existen en la naturaleza, se eleva por encima de la naturaleza y el desarrollo espiritual y esencial de la especie queda asegurado. El erfan es así una linterna que refulge dentro de la humanidad. (OC II, 64) | |||
74 | Shari'ati entonces caracteriza la sensación erfánica de relación con lo divino y también con el otro social como amor: | |||
75 | El amor es una potencia que tiene una fuente incognoscible y puede inflamar y fundir toda mi existencia; incluso me impele a la autonegación. El amor me otorga valores más elevados y sublimes que la experiencia; y ninguna explicación física, material o bioquímica puede dar cuenta de él. Si se le arrebatara el amor al hombre, se convertiría en un ser aislado y estancado, sólo útil a los sistemas de producción. (1982a, 112) | |||
76 | El erfan, pues, es la corriente que manifiesta la búsqueda humana de la felicidad a través de una autoconsciencia puramente espiritual y ontológicamente trascendental en el mundo. Como tal, el erfan es un humanismo teísta emancipatorio. Ésta es una filosofía de la existencia en la que la autoconsciencia individual y el sentido social de la responsabilidad práctica para la liberación humana se encarnan armoniosamente. Emanando de la visión del mundo del tawhid, el humanismo erfánico pone a Dios, el hombre y la naturaleza en una mutua armonía dinámica. El erfan constructivo es una intuición trascendental que conserva la concreción de la individualidad como elemento esencial. Esta intuición conlleva una interacción inherentemente dialéctica entre el ser humano y el Otro Divino. En esta interacción hay un proceso dialéctico de reducción/elevación simultánea. Uno se relaciona con el Otro Divino desde el punto de vista humano (reducción); mientras, el ser humano individual puede trascender los límites de su situación vital (elevación). El resultado más inmediato y esencialmente fructífero de tal proceso es la formación de una actitud crítica que puede centrarse en los problemas del entorno conservando la capacidad trascendental de someter esos problemas a un profundo cuestionamiento y crítica. Al buscar la unidad ética (tawhid) con el Otro Divino, el individuo acaba enfrentándose a la dominación bajo todas sus formas. Como tal, esta perspectiva está seriamente orientada hacia el cambio social fundamental; por tanto, es constructiva. |
4. Religión, humanismo y emancipación |
Mehrzad Boroujerdi: Iranian Islam and the Faustian Bargain of Western Modernity. En: Journal of Peace Research 34.1 (1997). ![]() Can Islam be Secularized? En: M.R. Ghanoonparvar / Faridoun Farrokh (eds.): In Transition: Essays on Culture and Identity in the Middle Eastern Society. Laredo: Texas A&M International University, 1994. ![]() Lamin Sanneh: Between East and West: Confrontation and Encounter. En: The Christian Century (13 November l99l). ![]() |
77 | Según la visión presentada por Shari'ati, la religión, como consciencia ética, permite al hombre pasar del »cielo instintivo« al »paraíso prometido«, ascender (me'raj) de ser terreno a ser divino. Tal ascenso es de hecho una responsabilidad existencial, un encargo (lmana) divino impuesto al hombre. Tal característica constituye el núcleo de lo que Shari'ati denomina humanismo islámico. Como tal: | ||
78 | el islam basa un humanismo divino en la tawhid: en el nivel científico define al hombre como terreno mientras que en el nivel del análisis existencial le alza de entre el polvo hacia Dios y los valores trascendentales absolutos. (Ibid., 85) | |||
79 |
Basándose en tal concepción de la existencia humana, y derivando sus ideas de la noción del »fruto prohibido de la consciencia«, Shari'ati introduce su visión del humanismo islámico. Según él, la autenticidad humana tiene sus raíces en el »dolor de la existencia«, un dolor que es el resultado de la consciencia humana: |
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80 | en el grado en que se alcanza este fruto, uno se encuentra cada vez más contenido por la vida terrena. Es por este dolor y la necesidad de lo que está ›ausente‹ que el hombre llega a rebelarse contra la ›voluntad de Dios‹, la voluntad que se manifiesta, a través de las ›cuatro prisiones del hombre‹, en las leyes naturales, históricas, sociales y fisiológicas. (OC XXXII, 16) | |||
81 | La rebelión humana contra estas »prisiones« llevaría en último extremo al hombre a la unidad con Dios. A medida que el hombre se libera cada vez más desde estas »prisiones«, el mundo declina más y más para él. Trascender estas »prisiones« crea necesidades más elevadas y más sublimes, necesidades que en la soledad del hombre sólo podrían satisfacerse con su retorno (tawba) a Dios, un ›retorno‹ que es la realización del devenir del hombre. El humanismo coránico, pues: | |||
82 | se asemeja a una relación recíproca entre Dios y hombre. Una religión que cuenta los valores como la emanación de atributos divinos en la esfera humana y define el autoperfeccionamiento del hombre como el retorno autoconsciente a Dios. Vemos eso en la filosofía del islam … el autoconocimiento y el conocimiento de Dios llegan a ser sinónimos, donde aquél funciona como preliminar de éste, tal como lo expresa el iraní Aref [Bayazid Bastami] en una profunda observación: Durante años busqué a Dios y me hallé a mí mismo; ahora que me busco a mí mismo, hallo a Dios. Así que, de modo opuesto [a la filosofía materialista de Feuerbach], no es la humanidad la que ha hecho a Dios, la que le ha otorgado sus propios valores, y le adora; sino que es Dios el que ha hecho a la humanidad, le ha otorgado sus propios valores, y la alaba. (Ibid., 88) | |||
83 | Tal perspectiva, afirma entonces Shari'ati, contrasta tanto con el determinismo materialista como con el providencialista. Mientras que evita el determinismo materialista concibiendo el libre albedrío como una faceta esencial de la existencia humana, simultáneamente permanece libre del providencialismo atribuyéndole al hombre el carácter de la rebelión. Al explicar estas dimensiones del humanismo islámico, Shari'ati argumenta que en el islam: | |||
84 | La sociedad posee principios de orden, y el continuo movimiento evolutivo de la historia humana se basa en leyes científicas. Pero debido a que considera que la voluntad humana es una manifestación de la Voluntad de Ser universal (y no un producto involuntario de las exigencias de la producción o de la sociedad), el islam nunca cae en el terrible pozo del determinismo materialista. Igualmente, proclamando el principio de la ›asignación‹ o la ›descendencia‹ [huboot], libera a la humanidad de las cadenas del determinismo divino en que están atrapadas las religiones orientales. … De este modo, al presentar al hombre como un ser consciente dotado de voluntad y liberado de la cautividad tanto del cielo como de la tierra, [el islam] llega a un verdadero humanismo. (Ibid., 85 and 90) | |||
85 | Por tanto, en el islam, añade Shari'ati, el hombre tiene la responsabilidad divina de crear su propio ser y mundo como una axiopraxis ontológica. (Ibid., 88-89) |
5. Conclusión |
86 | Como pensador religioso, Shari'ati ha considerado la aceptación y el rechazo de la divinidad como esencialmente semejantes. Es, creía él, su significatividad social e histórica la que los distingue. Según Shari'ati, los conceptos religiosos deberían estudiarse en relación a problemas humanos concretos, y en lugar de reducir una problemática actual a las condiciones de la revelación, esas revelaciones deberían extenderse a la propia época. Según este punto de vista, el contexto histórico de las revelaciones perdería su relevancia a menos que comparta su significatividad con nosotros. De otro modo, definir problemas en términos del pasado histórico sólo haría a la Revelación irrelevante (cf. OC VI, 205). | |||
87 | Como intelectual que vivió en una situación moderna, aprendiendo acerca de la nociones modernas de Razón, Libertad, Existencia, a la vez que experimentaba formas modernas de despotismo, colonialismo, y asimilación, Shari'ati llegó a a adquirir una comprensión particular de la ›tradición‹, la ›modernidad‹ y la ›emancipación‹. Cualquier forma de especulación, ya sea teológica, filosófica o científica, creía él, que no desafíe a la dominación y a la opresión es un mero chivo expiatorio de la ignorancia. En consecuencia, con una crítica intraparadigmática de la tradición y una crítica paradigmática de la modernidad, abrió la vía para un intercambio entre ambas. Por tanto, puede considerarse el antecedente para el diálogo entre el pensamiento religioso y el secular. |
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